martes, 26 de octubre de 2010

Nuestra compañera Remedios Montero falleció ayer 24 de octubre de 2010

Reme, nuestra compañera de combates contra la impunidad, luchadora consecuente por la libertad y camarada comprometida con el legado de nuestra memoria colectiva, nació el 17 de agosto de 1926 y se nos ha ido el 24 de octubre de 2010 sin haber podido contemplar el reconocimiento jurídico de los guerrilleros antifranquistas.
El sistema democrático de este país tiene otra deuda pendiente, la misma que mantiene con los guerrilleros que han fallecido en estos últimos años, con los que murieron en combate, y con los que aún viven sin ver reconocidos sus derechos. Y todo ello en un país en el que se supone que el sistema reconoce que todos los ciudadanos somos iguales y tenemos los mismos derechos.
En Carlet 28-11-2009 (foto: Bruno Rascão)
La vida de Reme, Celia en la guerrilla, como el título de su libro de memorias, fue muy dura, tanto como la de los compañeros que formaron el ejército guerrillero antifranquista en los represivos años de posguerra. Ella, compañera del guerrillero Florián García "Grande", fallecido el 17 de abril del año pasado, se incorporó muy joven al combate junto a Esperanza Martínez "Sole". Aprendió con los guerrilleros de la AGLA todo lo que una persona debe saber para representar la justicia y los valores republicanos. En la guerrilla, junto a las tres hermanas Esperanza, Amada y Angelina, fue la compañera que, truncada su adolescencia y juventud, represento la lucha de las mujeres republicanas, el espacio necesario en el combate, la igualdad de fuerza y de ánimo en la defensa de las ideas de libertad, y así, fue capturada. Así el poderoso y criminal adversario franquista consiguió encarcelar a las cuatro, cuando acometían misiones importantes, misiones de lucha, sacar grupos de guerrilleros por el paso de fronteras, cuando ya la guerrilla, desprotegida, desamparada y abandonada a su suerte, se deshacía y con ella la última esperanza de restaurar al gobierno legítimo de la segunda república. Reme y sus compañeros fueron el último eslabón de una cadena que, de haber sido factible su heróica lucha, habría cambiado el sentimiento de valores y dignidad de este país.
Un consejo de guerra, después de su paso por cuarteles y comisarias en los que el trato bestial fue permanente, la condenó primero a la cárcel de Valencia y después al penal de Alcalá de Henares durante cerca de nueve años. Allí compartió penalidades, esfuerzos y esperanzas con Espe y Amada, guerrilleras que portan el testigo y la memoria que nos ha dejado Reme.
Reme, compañera noble, fiel, tus compañeras y compañeros seguiremos este justo combate por la memoria democrática hasta el fin, hasta que en el Congreso de los Diputados sientan que su conciencia haga imposible su sueño, su descanso y su existencia y perciban la injusticia de querer borrar de la memoria la justicia de vuestra causa.
Gracias Reme por tu ejemplo, por tu constancia y por tu lucha.
Te tendremos siempre en el corazón y en el combate por la memoria colectiva.

Dolores Cabra
Secretaria General de AGE

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